Los agujeros negros engullen toda materia que encuentren a su alrededor, incluyendo planetas, estrellas y hasta galaxias enteras. También la propia luz.
¿Cómo se crean? Tras la muerte de una gigante roja (con muerte nos referimos a la extinción total de su energía), la fuerza gravitatoria de la estrella empieza a ejercer fuerza sobre sí misma originando una masa concentrada en un pequeño espacio, convirtiéndose en una enana blanca.
Este proceso sigue hasta el colapso del astro debido a la auto atracción gravitatoria, que termina por convertir a la enana blanca en un agujero negro.
Los agujeros negros existen desde que el universo nació, de todos los que había, los más grandes absorbieron los más pequeños, es por eso que en la actualidad los agujeros negros que quedan son los más grandes.
Se suelen situar en los centros de las galaxias. En la nuestra, Vía Láctea, hay uno. Y para poder fotografiarlo se necesitaría una cámara del tamaño de nuestra Tierra.
Se cree que los agujeros negros es una fuente espacio-temporal, ya que en el caso de que lográramos cruzarlo, nos transportaría a otro lugar y a una dimensión temporal distinta.
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